Armenia es un país montañoso situado en la región del sur del Cáucaso de Eurasia, en el norte de Asia occidental. Tiene una extensión de 29.800 kilómetros cuadrados y su capital es Ereván.
En el siglo I a.C., el Reino de Armenia alcanzó su mayor importancia bajo el reinado de Tigranes el Grande. Se convirtió en el primer estado en el mundo en adoptar el cristianismo como religión oficial, entre finales del siglo III y los primeros años del siglo IV, convirtiéndose así en la primera nación cristiana.
Un principado armenio y más tarde un reino, conocido como Cilicia Armenia, existió en la costa del mar Mediterráneo entre los siglos XI y XIV. A mediados del siglo XIX, la parte oriental había sido conquistada por Rusia, mientras que la mayoría de las partes occidentales de la Armenia tradicional aún estaban bajo el dominio otomano.
Durante la Primera Guerra Mundial, los armenios que habían vivido en sus tierras ancestrales en el Imperio Otomano fueron exterminados sistemáticamente en el Genocidio Armenio. Armenia logró independizarse en el año 1918. Sin embargo, la Primera República de Armenia, rodeada de países hostiles, fue sovietizada en 1920. Entre 1922 y 1991, formó parte de la Unión Soviética. La moderna República de Armenia se independizó en 1991.
Actualmente el país cuenta con una población de 3.215.800 habitantes (2010-2012) y una densidad de población de 112 habitantes por kilómetro cuadrado.
El terreno de Armenia es principalmente montañoso y plano, con ríos de corrientes rápidas y pocos bosques, pero con muchos árboles. El clima es de montaña continental. Los veranos suelen ser cálidos y los inviernos fríos. La tierra se eleva hasta los 4.095 metros sobre el nivel del mar en el Monte Aragat, el punto más elevado del país. Cerca de la mitad de la superficie de la nación tiene una altura de al menos 2.000 metros, y sólo el 3% del país se encuentra por debajo de los 650 metros.
Los puntos más bajos están en los valles del río Araks y el río Debet en el extremo norte, que tienen alturas de 380 y 430 m, respectivamente. La mayor parte de la población vive en la parte occidental y noroeste del país, donde se encuentran las dos principales ciudades, Ereván y Gyumri. El lago Sevan, con 72,5 km de ancho (en su punto más ancho) y 376 km de largo, es por mucho el mayor lago. Se encuentra a 2.070 metros de altura sobre el nivel del mar.
El terreno es más accidentado en el extremo sureste, zona que es drenada por el río Bargushat, y más moderado en el valle del río Araks al extremo suroeste. La mayor parte del área del país es drenada por el río Araks (que forma parte de la frontera con Irán y Turquía) o el Hrazdan.
Generalmente, las temperaturas dependen de la elevación. Las cadenas montañosas impiden que el mar Mediterráneo y el Mar Negro puedan moderar el clima, creando variaciones estacionales. En la meseta de Armenia, la temperatura media en pleno invierno es de 0 grados centígrados, y la temperatura media en verano supera los 25 °C.
La precipitación media oscila entre 250 milímetros por año en el valle inferior del río Araks, y 800 milímetros en las mayores altitudes. Los inviernos son duros, pero, a pesar de ello, la fertilidad del suelo volcánico de la meseta del país armenio lo convirtió en uno de los primeros sitios en el mundo en tener actividad agrícola.
La economía se basa principalmente en la inversión y el apoyo de los armenios en el extranjero. Antes de la independencia, la economía de Armenia estaba basada en su mayoría en la industria: químicos, electrónica, maquinaria, alimentos procesados y textiles (entre otros); y tenía una alta dependencia de los recursos provenientes del exterior.
Recientemente, la compañía Intel Corporation acordó abrir un centro de investigación en Armenia, además de otras empresas de tecnología, indicador del crecimiento de la industria de la tecnología en Armenia. La agricultura representaba menos del 20% del producto material neto y el empleo total antes de la disolución de la Unión Soviética en 1991.
Después de la independencia, la importancia de la agricultura en la economía aumentó notablemente su participación al final de la década de 1990, llegando a más de un 30% del PIB y más del 40% del empleo total. Este aumento de la importancia de la agricultura era atribuible a las necesidades de seguridad alimentaria de la población en un contexto de incertidumbre durante las primeras fases de la transición y el colapso de los sectores no-agrícolas de la economía a principios de 1990.
A medida que la situación económica se fue estabilizando y el crecimiento se fue reanudando, la participación de la agricultura en el PIB se redujo a poco más del 20% (datos de 2006), si bien la participación de la agricultura en el empleo se mantuvo más de un 40%. Este progreso económico constante ha provocado que Armenia gane un creciente apoyo de las instituciones internacionales.
El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el BERD y numerosos países están aumentando las concesiones y los préstamos de forma considerable. Los préstamos al país armenio desde 1993 superan los 1.100.000 millones de dólares. Estos préstamos están dirigidos a reducir el déficit presupuestario y conseguir una estabilización de la moneda, aumentar el desarrollo de las empresas privadas, la agricultura, el procesamiento de alimentos, el transporte y los sectores de salud y educación.